Recado Décimo cuarto
Yucatán, nota fría de mi útero vacío, te hice la muerte en los años, acordonada con la serpiente de mimbre en una calilla plástica que bebimos, que depositamos el olvido en la humedad verde, densa como tus ojos inventados llenos de rabia púrpura.
Ayer llovió sobre la noche un cuerpo imitando el tuyo, era un reflejo natal, una casilla donde caer con el remitente del polvo descorazonado en el recuerdo.
Había habitado tantas lejanías, (todas, únicas), pero nunca este grito marcado de amarillo en su acento invernal, esta falta de cremación de mi pezón, esta falta de faltas, esta época de Medea diosa y reina de los ríos, el cordón salado que baja con media garganta sangrando buscándome los hijos
Yucatán, nota fría de mi útero vacío, te hice la muerte en los años, acordonada con la serpiente de mimbre en una calilla plástica que bebimos, que depositamos el olvido en la humedad verde, densa como tus ojos inventados llenos de rabia púrpura.
Ayer llovió sobre la noche un cuerpo imitando el tuyo, era un reflejo natal, una casilla donde caer con el remitente del polvo descorazonado en el recuerdo.
Había habitado tantas lejanías, (todas, únicas), pero nunca este grito marcado de amarillo en su acento invernal, esta falta de cremación de mi pezón, esta falta de faltas, esta época de Medea diosa y reina de los ríos, el cordón salado que baja con media garganta sangrando buscándome los hijos
(de Lucila, Marca registrada)
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